lunes, 11 de junio de 2012

Acciones agresivas en el medio escolar: sentido subjetivo


El incremento paulatino de actos agresivos entre niños y adolescentes se ha constituido en uno de los focos más importantes de malestar en las instituciones escolares, tanto en el continente americano como en el europeo (Debarbieux, 2004). Tales comportamientos aparecen en el centro del motivo de consulta de un porcentaje importante de los padres que solicitan atención profesional para sus hijos en centros públicos o privados, y son, igualmente, tema de preocupación de las entidades gubernamentales en los distintos países.  Infortunadamente, esta problemática no sólo ha ido en aumento, sino que cada vez sus actores son más jóvenes (Dumas, 2000). Tradicionalmente, las ciencias del hombre se han dedicado a su estudio desde una perspectiva histórica, sociológica y antropológica en el marco de la violencia y el uso del po­der y la fuerza de unos grupos con respecto a otros. Desde hace algu­nos años, se reconoce la importancia de aproximarse a la dimensión subjetiva implicada en esta problemática, es decir, desde un punto de vista psicológico, en el contexto del lazo social que constituye el sujeto (Askofaré & Sauret, 2002).
Se ha buscado identificar elementos del entorno escolar que serían de­terminantes en la producción de este tipo de comportamientos y, en este sentido, Hughes, Cavell, Meehan, Zang y Collie (2005), a partir de un enfoque ecológico, mostraron las relaciones entre el grado de adversidad del contexto escolar y la eficacia del tipo de intervención propuesta a niños de segundo y tercer grado que presentaban agresividad.
En esta línea de ideas, muy tempranamente los investigadores se interesaron por los efectos del modelo pedagógico (Diatkine, 1985), o del modelo educativo en el seno familiar.

Ana Claudia Delgado. Acciones agresivas en el medio escolar: sentido subjetivo. Universidad del Valle. Cali, Colombia. 2010.

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Emociones de agresores y victimas de cyberbullying: un estudio preliminar en estudiantes de secundaria


La expansión de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC a partir de ahora) en nuestra sociedad ha causado un cambio aún no suficientemente reconocido en las formas de relaciones interpersonales. El mundo globalizado e interconectado en el que vivimos ha propiciado la aparición de entornos virtuales que funcionan como espacios de comunicación y que difieren, en diversos aspectos, de los escenarios presenciales. 
Todo tipo de comunicación en el marco de una red de relaciones interpersonales está, en sí misma, connotada emocional y moralmente, ya que está arbitrada por unas reglas socialmente construidas que se activan espontáneamente en el marco interactivo que crean los que realizan actividades compartidas (Ortega & Mora-Merchán, 1996). 
También en el uso de las nuevas vías de comunicación digital está presente, de forma más o menos explícita, el marco reglado que regula la comunicación, la acción y el poder con el que se relacionan los implicados en dicha comunicación (MoraMerchán & Ortega, 2007). No obstante, el uso de las TIC para mantener dicha comunicación no siempre garantiza que el proceso de regulación de la reciprocidad moral sea el adecuado, en la medida en que cualquiera de los agentes del discurso puede, si quiere, incluir elementos perturbadores que dañen la convención social sin recibir siquiera el espontáneo y natural reproche expresivo del rostro de su interlocutor, al otro lado del ciberespacio. Dicho aspecto puede convertirse en una oportunidad de dañar, de forma más incisiva, dado que el agresor se sabe impune, de manera directa, a la reacción de su interlocutor. De hecho, la red (Internet) puede ocultar no sólo las emociones y la connotación moral, sino la propia identidad de los sujetos que se comunican.

Rosario Ortega, Paz Elipe  y Juan Calmaestra. Emociones de agresores y victimas de cyberbullying: un estudio preliminar en estudiantes de secundaria. Universidad de Córdoba. 2009.

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Diferencias conductuales según género en convivencia escolar


Los estudios en convivencia escolar se iniciaron hace tres décadas. Los cambios sociales han aumentado la visibilidad de la violencia en la escuela, fomentando su investigación (Ortega y MoraMerchán, 2000). La violencia escolar incluye conductas disruptivas, indisciplina, agresiones al profesor, absentismo y acoso escolar, entre otras, que pueden aparecer asociadas (del Barrio, Martín, Almeida y Barrios, 2003). El acoso escolar ha sido ampliamente estudiado, observándose relaciones interpersonales asimétricas en las que el agresor abusa de su poder y la víctima no puede detener las agresiones, que se repiten sistemáticamente en ausencia de provocación con la intención de berir y desmoralizar (Olweus, 1993). Este desequilibrio de fuerzas caracteriza una relación de dominio/sumisión, generada por la perversión de un conflicto (González de Rivera, 2002). Se conoce también como maltrato o acoso entre iguales, intimidación, hostigamiento, mobbing o bullying (Defensor del Pueblo, 2007) y suele darse donde no es probable su interrupción, como el ciberespacio (Slonje y Smith, 2008).
Los conceptos de violencia y agresión son ambiguos, siendo definidos por el contexto cultural. Visible o no, la agresividad está siempre presente en las relaciones humanas (Ortega y Mora-Merchán, 2000). Un acto agresivo lo es por sus efectos y su intención, mientras que la violencia se reconoce más por sus consecuencias que por sus antecedentes, existiendo agresiones violentas y no violentas (del Barrio et al., 2003). En el acoso, las agresiones violentas serían verbales y físicas, considerando las relaciónales/indirectas como menos violentas, ya que el daño que producen, aún siendo grave, no es inmediatamente visible (Merrell, Buchanan y Tran, 2006), especialmente para las chicas (Westermann, 2008).

Silvia Postigo Zegarra, Remedios González Barrón, Carmen Mateu Marqués, Javier Ferrero Berlanga y Carmen Martorell Pallas. Diferencias conductuales según género en convivencia escolar. Universidad de Valencia. Valencia, España. 2009.

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Victimización Escolar: Clima Familiar, Autoestima y Satisfacción con la Vida desde una Perspectiva de Género


La victimización por los iguales en el contexto escolar, ha sido durante los últimos veinte años foco de atención de un importante gmpo de investigadores de las Ciencias Sociales (Espelage y Swearer, 2003; Olweus, 1978; Smith, 2003), y sólo recientemente en España ha emergido como un área relevante de investigación. Este interés en nuestro país, está probablemente asociado a los resultados de estudios pioneros que reflejaban que ser víctima de violencia escolar era un problema que afectaba a numerosos niños y adolescentes escolarizados e invitaban a estudiar en profundidad este problema por sus graves implicaciones (Defensor del Pueblo, 2000). Se considera que un estudiante es víctima de violencia escolar cuando percibe ser objeto permanente de comportamientos violentos realizados por otros estudiantes que no son sus hermanos y que no tienen por qué ser compañeros de clase(Hawker y Boulton, 2000).
La investigación sobre victimización escolar sugiere que estos adolescentes sufren, en muchas ocasiones, graves consecuencias psicológicas y sociales (Defensor del Pueblo, 2007). Así, por ejemplo, estudios previos han documentado cómo la victimización en la escuela está vinculada con la baja autoestima, la ansiedad, el estrés y una valoración negativa de la propia vida (Hodges y Perry, 1999; Hueber, 1991). Las víctimas de violencia escolar tienen un autoconcepto general negativo, una baja satisfacción con la vida (Estévez, Martínez y Musitu, 2006; Prinstein, Boergers y Vemberg, 2001) y un alto grado de infelicidad (Flouri y Buchanan, 2002). En este sentido, algunos autores han sugerido que el que los adolescentes muestren síntomas de infelicidad se podría atribuir al efecto de la victimización, pero también podría ser un factor de riesgo si aquellos que ejercen la violencia perciben que estos estudiantes son blancos fáciles por sus dificultades para defenderse por sí mismos (Cava, Musitu, Buelga y Murgui, 2010; Egan y Perry, 1998).

Amapola Povedano, Leo B. Hendry, Manuel J. Ramos y Rosa Várela. Victimización Escolar: Clima Familiar, Autoestima y Satisfacción con la Vida desde una Perspectiva de Género. Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España. 2011.

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La violencia escolar ¿violencia social?


La violencia en las escuelas se ha incrementado notablemente en los últimos años y simultáneamente, ha adquirido  ciertas características que la diferencian de la típica pelea callejera entre  grupos. Nuevas tecnologías participan de estas modalidades, que los angloparlantes han denominado   (bullying).
Cabe resaltar que esta violencia no tiene ninguna motivación política, no expresa una protesta hacia  el sistema, es simplemente el acoso de un grupo hacia alguien diferente e incluso hacia la institución.
La violencia en la escuela, comenzó a preocupar, cuando en septiembre del 2004, se produce un hecho inédito en la educación  Argentina: en Carmen de Patagones, un adolescente de 15 años llega a su escuela una mañana, portando el arma reglamentaria de su padre – suboficial de prefectura- y comienza a disparar contra sus compañeros, matando a tres de ellos e hiriendo a otros cinco.
Esta masacre, inédita en nuestro país, preocupó a todo el sistema educativo que se abocó a la tarea de encontrar un modo de comprender y prevenir futuras acciones de este tenor.
Lamentablemente, hay que reconocer que ha  sido poco lo que se ha logrado. La violencia ha ido en aumento y las causas que se barajan sobre los orígenes del problema, se limitan a  concluir que la violencia escolar  es el reflejo de la violencia generalizada que atraviesa a la sociedad actual.
La violencia escolar sigue en aumento y surgen nuevas modalidades de la misma, más sofisticadas y más perversas.
El bullying, se produce cuando un alumno, profesor o  empleado de la escuela, es victimizado en forma repetida y durante un tiempo prolongado por otro u otros  alumnos.  

Mabel Inés Falcón. La violencia escolar ¿violencia social? Revista Electrónica de Psicología Política. Buenos Aires, Argentina. 2009. Pág. 91 – 96

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Maltrato entre pares: conductas de intimidación y victimización en escolares chilenos


En la actualidad, la violencia entre los escolares constituye una inquietud creciente que los actores educativos buscan responder apoyados en la psicología. Sin embargo, los aportes a su prevención y atención provienen principalmente de diagnósticos y modelos europeos y norteamericanos. Estos relacionan la violencia escolar con factores que guardan diferencias importantes con el contexto chileno, tales como la estructura social y el sistema educativo. Una consideración que revela la necesidad de contar con recursos contextualizados para dar respuesta a esta problemática es que no solo los niños que presentan conductas de intimidación (bullying), sino también las víctimas del bullying, son consideradas poblaciones en riesgo, ya que la prevalencia de dificultades en la adaptación social como adultos en ambos casos es alta.
En el fenómeno del bullying se conjugan influencias culturales e individuales (Berger & Lisboa, 2009). Es necesario estudiarlas en nuestra población local para determinar si, por una parte, la influencia de las variables macro y micro que caracterizan a la violencia escolar y que están siendo estudiadas a nivel mundial siguen parámetros similares en nuestro contexto local y, por otra parte, para caracterizar el bullying dentro de nuestra cultura escolar.
La violencia en el ámbito escolar es un comportamiento ilegítimo que implica el uso y abuso de poder o la fuerza de una persona en contra de otra y/o de sus bienes. Es un problema que se da en la interacción entre los miembros de la comunidad escolar (MINEDUC-UAH, 2006). Es tal la relevancia que tiene la convivencia y la violencia en la educación a nivel mundial, que la UNESCO (2007) declaró esta década 2001-2010 como la “Década Internacional por una Cultura de Paz y No-Violencia para los Niños del Mundo”.

Verónica López. Maltrato entre pares: conductas de intimidación y victimización en escolares chilenos. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Viña del Mar, Chile. 2009.

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Los recuerdos del maltrato entre compañeros en la vida escolar.


Es bien sabido desde el punto de vista del desarrollo humano, la trascendencia de los llamados “períodos críticos” o estadios del desarrollo evolutivo del sujeto en formación, en los que cobra crucial importancia la resolución de determinadas tareas y desafíos.
Con mucha dificultad habrá desarrollo y bienestar si en las primeras etapas de la vida tuvo lugar un impase o handicap, por no decir trauma, con lo que no sólo la tarea queda pendiente, sino que el camino y la posibilidad de seguir el rumbo que lleva al crecimiento, al encuentro consigo mismo, al desarrollo de auténticas posibilidades y sueños, queda truncado.
La adolescencia es un período crítico y “una segunda oportunidad”, como bien fue dicho por Anna Freud (Blos, 1981). Esta fase de profunda remoción interior, de dolorosa pero saludable ruptura con el pasado (Freud, 1894), es el ensayo para el ingreso en el mundo adulto.
Para el adolescente, es imprescindible la ruptura con los padres y el apego y encuentro con sus iguales. Dicen Aberastury y Knobel (1986), hablando de las relaciones entre iguales en la adolescencia, “todos se identifican con cada uno”.
En este punto estriba la importancia de trabajar en la comprensión de este tipo de agresión que es el maltrato o rechazo entre escolares. Ha sido constatado que la experiencia de haber sido víctima de maltrato escolar deja huellas, heridas y dolor que impiden disfrutar de relaciones sociales seguras, confiadas y tener confianza en sí mismo.
En la literatura sobre el maltrato entre iguales se señala que la experiencia de maltrato no sólo tiene efectos clínicos inmediatos, como depresión, ansiedad y ausentismo escolar (Craig & Pepler, 2003), sino que también repercute en la vida adulta.

María Eugenia Reátiga. Los recuerdos del maltrato entre compañeros en la vida escolar. Universidad del Norte. Barranquilla, Colombia. 2009. Pág. 132 – 147.

Elementos del concepto de intimidación entre iguales que comparten protagonistas y estudiosos del fenómeno.


Cuando hablamos de violencia sabemos lo que es y casi siempre podemos reconocerla inmediatamente, sin embargo es preciso partir de una definición que delimite el campo de estudio y, al mismo tiempo, sea un referente. Hay muchas maneras de definir este fenómeno, pero para la Organización Mundial de la Salud, en su Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (OMS, 2003), se trata de “[…] el uso intencional de la fuerza o el poder físico de hechos o con amenaza contra uno mismo o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones o muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”. En esta definición hay un reconocimiento de la necesidad de incluir los actos violentos que no causan forzosamente lesiones o muerte, pero que significan una carga para las víctimas, las familias, los servicios de salud, las instituciones educativas y la comunidad en general.
De acuerdo con el informe referido, la violencia se divide en tres grandes categorías según quién sea su actor: la dirigida hacia uno mismo o autoinfligida, interpersonal y colectiva. Dentro de la violencia interpersonal se encuentra la juvenil que, de acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, es la que afecta a niños, adolescentes y adultos jóvenes y constituye una preocupación constante por el número tanto de agredidos como de los que cometen actos violentos. Lo más grave es que los expertos no tienen aún la solución, por lo que se debe continuar investigando más al respecto.

Laura Ernestina Barragán Ledesma, Isabel de la A. Valadez Figueroa, Héctor René Garza Aguilar Alicia Lineth Barragán Amador, Amhed Joshua Lozano de la Cruz, Héctor Pizarro Villalobos, Bertha Dolores Martínez Trujillo. Elementos del concepto de intimidación entre iguales que comparten protagonistas y estudiosos del fenómeno. Revista Mexicana de Investigación Educativa. México D.F. 2010. Pág. 553 – 569

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Perfil del maltrato (bullying) entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Mérida, Yucatán.


Las acciones violentas entre estudiantes de secundaria son todavía untema pendi ente en la agenda educativa mexicana. Los malos tratos entre compañeros (bullying) se presentan como algo  "norma l" que ocurre entre adolescentes como par te de un proceso de socialización. En este marco, los apodos ofensivos, las burlas, los golpes y abusos en general son tolerados como parte de las relaciones habituales entre estudiantes de  secundaria. Los profesores y las autoridades escolares frecuentemente se desentienden de este tipo de circunstancias.
Las investigaciones relacionadas con la violencia escolar en nuestro país son escasas. Gómez (2005) ha hecho algunos trabajos de corte etnográfico en secundarias públicas de la ciudad de México,  contrastando sus datos con información recabada en otros estados de la república. Este autor considera la violencia no únicamente como un acto relacional entre  individuos, sino desde la lógica normativa de las instituciones  d o n de se lleva a cabo. En este  sentido, forma parte de las mismas relaciones que se dan en la familia, la sociedad, la  cultura, y lo que los medios de  comunicación  proponen para los jóvenes. El autor menciona que uno de los rasgos distintivos del problema es que no hay quién atienda lo que les sucede: ni los padres, ni los maestros, ni las autoridades escolares están dispuestos a ofrecer alguna solución a la violencia que ocurre entre  compañeros. Esto conduce al muchacho a un estado de desesperanza que, en el mejor de los casos, puede abandonar la escuela. Al igual que estos existen otros trabajos relacionados con el bullying en México.

Carmen Castillo Rocha, María Magdalena Pacheco Espejel. Perfil del maltrato (bullying) entre estudiantes de secundaria en la ciudad de Mérida, Yucatán. Universidad Modelo. Mérida, Yucatán, México. 2008. Pág. 825 – 842.

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Un análisis del acoso escolar desde una perspectiva de género y grupo.


Decimos que un estudiante está siendo intimidado cuando otro estudiante o grupo de estudiantes: dice cosas mezquinas o desagradables, se ríe de él o ella o le llama por nombres molestos o hirientes. Le ignora completamente, le excluye de su grupo de amigos o le retira de actividades a propósito. Golpea, patea y empuja, o le amenaza. Cuenta mentiras o falsos rumores sobre él o ella, le envía notas hirientes y trata de convencer a los demás para que no se relacionen con él o ella. Y cosas como esas. Estas cosas ocurren frecuentemente y es difícil para el estudiante que está siendo intimidado defenderse por sí mismo. También es bullying cuando un estudiante está siendo molestado repetidamente de forma negativa y dañina. Pero no lo podemos llamar bullying cuando alguien se mete con otro de forma amistosa o como en un juego. Tampoco es bullying cuando dos estudiantes de la misma fuerza discuten o pelean.
En un reciente trabajo Ortega y MoraMerchán (2008), subrayan que el abuso de poder, el hostigamiento, la intimidación y los injustos malos tratos verbales, físicos o relacionales, así como la exclusión social y los rumores dañinos, no son un comportamiento puntual ni una respuesta esporádica, sino una secuencia de acciones repetidas entre unos protagonistas, agresor/es y víctima, cuya relación persiste en el tiempo y desarrolla una determinada y conocida dinámica. No se trata de un ataque simple, ni de una pelea, sino de un proceso de desigual equilibrio en el igualitario y recíproco equilibrio de relaciones interpersonales esperables entre los que tienen un estatus social homólogo.

Maite Garaigordobil, José Antonio Oñederra. Un análisis del acoso escolar desde una perspectiva de género y grupo. Universidad del País Vasco. 2009.

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Bullying: Algunas consideraciones psicoanalíticas de su acontecer


Desde  larga  data,  tenemos  conocimiento  del fenómeno denominado bullying; empero aquello   que lo  caracteriza  en  estos  tiempos  es  una  serie  de modalidades  diferentes  propias  de  un modelo  socio-económico  y  cultural  particular.  En  ese  sentido,  la influencia actual del avance tecnológico ha propiciado la manifestación del cyberbullying o  formas de bullying a través de medios informáticos como los mensajes de texto, fotoblogs, videos, correo electrónico, cuentas de Facebook, entre otros. A su vez, las relaciones entre el adulto y el niño o adolescente se encuentran afectadas por  el  complejo  entramado  socio-cultural,  legal, económico, educativo y de la salud de nuestra sociedad actual. Específicamente, referimos aquí   a la noción de la autoridad, la aceptación y cumplimiento de reglas y normativas, el reconocimiento de la ley, la aceptación del  otro  diferente  y  diferenciado,  el  respeto  y  la solidaridad.
Hablar  de  'bullying'  nos  exige  en  primer  lugar definir  sus  significados y precisar qué  entendemos por  el mismo, pues  referimos a un vocablo de  la  lengua  inglesa  que  debido  a  su  polisemia  contiene  diferentes significados. El verbo 'to bully' implica actuar como un toro con la intención, a menudo, de forzar a alguien a hacer  algo;  intimidar,  tiranizar.   El  sustantivo  'bully' significa  persona  o  escolar  que  lastima  o  asusta intencionalmente  a personas más débiles. El  término 'bullying'    tiene  una  connotación  tanto  física  como psicológica. Ahora bien,  'bullying' es un gerundio y como  tal denota acción o actividad que se manifiesta durante un proceso, a lo largo del  tiempo, mostrando  la continuidad de dicha acción en el transcurso de ese tiempo.

Eliana Pirillo. Bullying: Algunas consideraciones psicoanalíticas de su acontecer. Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Mar del Plata. Mar del Plata, Argentina. 2010. Pág. 89 – 94

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Algunas reflexiones sobre bullying y mobbing, dos fenómenos sociales actuales


El término 'bullying'  tiene una connotación tanto  física como psicológica, es decir, incluye el contacto físico  entre  las  partes.  Por  su  parte,  el  término 'mobbing'  sólo  connota  intimidación,  amenaza, hostilidad de carácter psicológico, el contacto físico está ausente.
Ahora bien,  'mobbing/bullying' son gerundios y como  tales  denotan  acción  o  actividad  que  se manifiesta durante un proceso, a lo largo del tiempo, mostrando  la  continuidad  de  dicha  acción  en  el transcurso de  ese  tiempo.  Esta  función del gerundio  es una  característica  esencial  para  la  comprensión  de ambos  fenómenos  'bul lying'   y  'mobbing' ,  específicamente por expresar que algo no está dado en la realidad, sino que está siendo dado. Es decir, habla de aquello que se manifiesta en diferentes momentos y que  también  puede  implicar,  como  en  este  caso,  la noción de una  complejidad  creciente.
Pensamos, por tanto, que esa red de otros, de algún modo, convalida y posibilita la perpetuación de dicho fenómeno,  sea  por  la  carencia  de  propios  recursos defensivos,  sea por  sentirse  indiferentes al daño que otro  padece.  La  función  del  espectador  o  testigo  es estudiada  tanto  en  el bullying  como  en  el mobbing. 
Asimismo,  es  necesario  aclarar  que  ambos fenómenos sociales tienen  las  características comunes de   la  repetición y  la  sistematicidad de actos,  conductas y gestos de hostilidad, agresión  sutil o explícita con una  clara  intención  de  hacer  daño  a  otro  que  se encuentra  en  una  situación  de  asimetría  de  poder durante,  al  menos,  seis  mese,s  para  entonces diagnosticar mobbing ó bullying  según el ámbito en el que  éste  acontezca.

Eliana Pirillo, Nancy Di Virgilio. Algunas reflexiones sobre bullying y mobbing, dos fenómenos sociales actuales. Universidad Nacional de Mar del Plata. Mar del Plata, Argentina. 2009. Pág. 82 – 89

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La visión del fenómeno bullying en alumnos del Curso de Aptitud Pedagógica en los años 2005/06 y 2006/07: semejanzas y diferencias


La agresividad en las relaciones interpersonales en niños y adolescentes es un fenómeno preocupante que se manifiesta, además, no sólo en sus interacciones espontáneas y grupales, sino en contextos reglados como los escolares, en los que existen normas y valores contrarios a la violencia. Hasta tal punto el problema es preocupante que llegan los profesores a pensar que les desborda y que no pueden, con solo sus medios, hacerle frente. La disciplina se vuelve así la preocupación primera del profesorado. Ello tiene un triple impacto en el funcionamiento y funciones de la escuela: a) por una parte desanima y desmoraliza al profesorado, que sufre incluso problemas psicológicos por este motivo, y, más aún, desmotivación laboral; b) produce un abandono, por parte de la institución escolar, de sus objetivos prioritarios de enseñanza de conocimientos y estrategias para el estudio, ya que, por una parte la atención está puesta en las medidas disciplinarias, por otra, las clases bajan los niveles de contenido hasta límites nada interesantes para muchos alumnos, habiéndose denominado ‘clases basura’ a este efecto; c) la institución escolar también abandona sus objetivos de formación humana, decayendo en su prestación de atención a los alumnos en riesgo o desfavorecidos, qué son, mayoritariamente, los que más problemas de adaptación y disciplina muestran en las clases.
El maltrato entre iguales o  bullying  es un problema que no es novedoso para los centros educativos puesto que conocen su existencia desde hace mucho tiempo. Sin embargo, sólo en los últimos años se está reconociendo su importancia.

Pilar Alonso Martín. La visión del fenómeno bullying en alumnos del Curso de Aptitud Pedagógica en los años 2005/06 y 2006/07: semejanzas y diferencias. Universidad de Huelva. Huelva, España. 2009.

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Prevalencia y aspectos diferenciales relativos al género del fenómeno bullying en países pobres


Existe un importante cuerpo de conocimiento científico sobre violencia escolar y bullying en Europa y en otras regiones del llamado mundo desarrollado. Sin embargo, este avance es más escaso en regiones pobres o en vías de desarrollo, como es el caso de Latinoamérica y concretamente de Nicaragua. Este trabajo tiene como objetivo conocer la prevalencia del fenómeno bullyingen escuelas de Primaria de Nicaragua, analizar las posibles relaciones entre las distintas formas de violencia utilizadas por los escolares y explorar las posibles similitudes o diferencias entre chicos y chicas en ambos aspectos. Para ello, se ha encuestado a 3.042 escolares de Primaria (50,3% niñas) mediante el Cuestionario sobre Convivencia, Violencia y Experiencias de Riesgo-COVER. Entre los resultados se encuentra un nivel de implicación en bullying considerablemente más elevado que en los países ricos, que los chicos están más implicados que las chicas en bullying verbal, físico y psicológico, y que no existen diferencias respecto a la exclusión social. Se discuten los resultados comparándolos con estudios realizados en distintos países y con metodologías similares.
Las investigaciones internacionales sobre violencia escolar y juvenil muestran que están presentes en todas las zonas del mundo, siendo los países con menor nivel de desarrollo los más vulnerables. En la región centroamericana, una de las zonas más pobres del mundo y con los mayores índices de violencia juvenil, las pocas investigaciones existentes han focalizado los graves casos de violencia juvenil pre-criminal y criminal en las llamadas pandillas delictivas, normalmente apoyadas por el crimen organizado, en gran medida producto de la miseria y el abandono.

Eva M. Romera Félix, Rosario Del Rey Alamillo y Rosario Ortega Ruiz. Prevalencia y aspectos diferenciales relativos al género del fenómeno bullying en países pobres. Universidad de Córdoba. Córdoba, España. 2011.

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Bullying y rendimiento escolar


Generalmente, cuando se habla de situaciones violentas en los contextos escolares se han entendido hechos tales como los robos, peleas o destrozos sobre el material y las instalaciones de los centros educativos; sin embargo, las situaciones violentas abarcan otros hechos que no siempre se hacen explícitos, tales como las agresiones verbales, las amenazas, apodos, entre otras.
Al hablar de situaciones violentas podemos referirnos a diversas realidades que se dan en algunas instituciones educativas, como son las peleas de estudiantes en los recreos, las pandillas que acosan a ciertos alumnos, más aún, existen otras situaciones de conflicto como las amenazas, apodos, las agresiones verbales y burlas. Este fenómeno conocido en la interacción escolar se conoce con el nombre de bullying. El bullying es un término Inglés que quiere decir “violencia entre pares por abuso de poder”, el término bullying en Chile es aún poco conocido y por tanto existen pocos estudios que aluden a este fenómeno, el cual ha sido reconocido y estudiado principalmente en regiones de América del norte y Europa.
La educación debe enfrentar a la situación del bullying ya que tiene como misión trabajar con los niños y asumir el compromiso con nuevas generaciones y también, porque cuenta con condiciones favorables para ello. De hecho la escuela es el lugar donde los educandos invierten más tiempo y donde hay mayor cantidad de posibilidades de interacción, tanto con pares como con el profesorado y personal administrativo. Siendo esta institución uno de los agentes socializadores de mayor importancia en la formación integral del alumno

Barría P, Matus C, Mora C. Bullying y rendimiento escolar. Universidad católica de Temuco. Temuco, Chile. 2012

Archivo completo: http://paideia.synaptium.net/pub/pesegpatt2/violescolar/viol_rendimientobullying.pdf

Violencia escolar y vida cotidiana en la escuela secundaria


Para entender cómo se gesta la violencia escolar entre los jóvenes se desarrolló una investigación cualitativa en una secundaria pública considerando varios factores: el papel de la institución ante este problema, las medidas que toma ante situaciones violentas entre alumnos y cuáles son las causas que las propician. Consideramos este último factor como la parte medular del fenómeno, por ello recurrimos a indagar los aspectos familiares, sociales y escolares que inciden en el comportamiento de los alumnos, con la finalidad de encontrar elementos que expliquen el origen de este tipo de conductas.

Para conocer las cusas o razones por las que un niño comete actos violentos en contra de los demás es necesario que se investiguen los medios en los que se desarrolla este menor ya que su conducta puede deberse al medio hostil en el que se encuentra o por la falta de apoyo psicológico por parte de las figuras paternas, también debido a esto es posible que un niño aprenda sobre conductas violentas con alguna otra persona con la que se relaciona, existen un sinfín de variables por lo que no es posible que debido a la misma razón todos los niños se vuelvan agresivos. Una vez que se obtengan las razones que propician a un niño a cometer bullying entonces se podrá realizar un tratamiento atendiendo específicamente estos puntos ya que una vez que sean atendidos estos aspectos el menor podrá relacionarse de mejor manera con los demás sin la necesidad de recurrir a los actos violentos.

Prieto M. Violencia escolar y vida cotidiana en la escuela secundaria. Revista Mexicana de Investigación Educativa. México D.F. 2012. Pág. 1005 – 1026

Archivo completo: http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.php?criterio=ART00024&idm=es&sec=SC03&sub=SBB

jueves, 7 de junio de 2012

Violencia Escolar y Bullying

La violencia en la escuela establece un tipo de relación entre alumnos, profesores y las familias. Hay evidencia cotidiana de que cualquier miembro de la comunidad educativa puede ser victima o victimario; en cualquier caso es importante la intervención desde el aula y desde cada persona.

Llama la atención, específicamente, el bullying, dada su frecuencia y si impacto en la generación de patrones éticos en los sujetos en formación, razón por la que la mayoría de los documentos abordan el tema. Sin duda, el bullying se inscribe en el actual contexto de violencia sistemática y estructural que se vive hoy en dia. Sin embargo, es posible reconocer, en la propia historia escolar, algunas practicas que se asumen como un modo de relacionarse sin que medie un cuestionamiento.

El bullying no persigue nada más que preservar posiciones de poder y las ganancias que esto agrega. Se diferencia de la existencia de un conflicto, en el que habría algo en debate o disputa y se plantearía una resolución más equitativa en condiciones de negociación. Dada la existencia de bullying, es necesaria la intervención en varias acciones y, definitivamente, hay que impactar en las formas de relación entre los miembros de la comunidad educativa, estos planes deben estar encaminados a crear mejoras para hacer mejor la convivencia entre los estudiantes como por ejemplo hacer cambios en la organización escolar y que los profesores participen en la situación de violencia tanto fuera como dentro del aula para ayudar en los problemas de los alumnos y evitar que estos puedan cometer abusos en contra de los demás compañeros.

Ángeles M. Violencia Escolar y Bullying. Los temas transversales de la educación básica. México, D.F.

Archivo completo: http://paideia.synaptium.net/pub/pesegpatt2/violescolar/index.htm#up


lunes, 4 de junio de 2012

Violencia Escolar en México y otros Países


Se debe analizar detalladamente la violencia que se presenta en las escuelas, así como también el entorno en donde se desarrollan estos actos, además de que también debe de tomarse en cuenta si existe un elemento que pueda propiciar a que se lleven a cabo los actos violetos como lo podría ser el uso de sustancia nocivas para la salud, es necesario que se hagan estadísticas de la incidencia de la violencia que se puede dar en las escuelas así como también comparaciones de dichas estadísticas con otros países, esto con la finalidad de conocer en qué países existe un mayor índice de violencia escolar, así como también para saber qué condiciones existen en común en las sociedades en donde se presenta este tipo de violencia y en caso de determinar las condiciones que se tienen en común se debe de hacer programas con la finalidad de atacar estos factores y así bajar la incidencia de la violencia escolar, es necesario que cada escuela ponga mucha atención cuando suceden los casos de violencia escolar para que sean tomados en cuanta cuando se hacen las juntas con los padres y de igual manera la sociedad debe de poner atención sobre esto también para que otorgue una opinión sobre estos hechos al Estado para que pueda hacer planes o programas de prevención en las escuelas y una vez que estos sean implementados las escuelas deben de evaluar la funcionalidad de estos programas para que en caso de ser necesario se hagan modificaciones.

Muñoz G. Violencia escolar en México y otros países. Revista Mexicana de Investigación Educativa. 2008. Pág. 1194-1228

Archivo completo: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=14003908



sábado, 2 de junio de 2012

Por qué se produce la violencia escolar y cómo prevenirla

Existen condiciones especiales bajo las cuales se puede presentar el problema de la violencia escolar, por lo tanto para prevenir el  bullying en las escuelas es necesario que se analicen estas condiciones desde una perspectiva evolutiva y a distintos niveles, incluyendo, junto a la interacción que el alumnado establece en la escuela, la que existe en la familia, la calidad de la colaboración entre ambos contextos, la influencia de los medios de comunicación, o el conjunto de creencias, de valores y de estructuras de la sociedad de la que forman parte y sean tomadas en cuenta en la formulación de planes de prevención con la finalidad de mantener bajo control estas condiciones especiales. Para lograr una mejor convivencia escolar y para prevenir en lo posible la violencia escolar se deben analizar las condiciones desde dos perspectivas: la perspectiva evolutiva y la perspectiva ecológica. Los agresores suelen contar con cierro numero de características como lo son: una situación social negativa, una tendencia a abusar de su fuerza, generalmente son impulsivos, tienen escasas habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración, entre otras características. En algunas ocasiones las características de las víctimas son inversas a las del agresor por lo que pueden llegar a ser victimas fácilmente, se pueden clasificar a las víctimas en dos grupos: la víctima típica o pasiva y la víctima activa. El estudio y análisis de los tipos de alumnos que se encuentran en una escuela es fundamental para lograr la prevención de la violencia que se puede dar.


Díaz M. Por que se produce la violencia escolar y cómo prevenirla. Revista iberoamericana de educación.2005. Pág.37.


Archivo completo: http://www.rieoei.org/rie37a01.htm